La actividad física reduce sentimientos de miedo, frustración, tristeza, desesperanza y promueve el bienestar de las personas.
Contribuye a que las y los jóvenes no se sientan “aislados” y, en los deportes que se practican a largo plazo, fortalece su sentido de pertenencia y apego a la comunidad escolar. Asimismo, el deporte contribuye a disuadir el consumo de drogas y alcohol y, además, se ha encontrado que quienes participan en actividades deportivas desarrollan mejor el autoconocimiento, al igual que la regulación de emociones en comparación con aquellos jóvenes que únicamente realizan actividades académicas o de liderazgo. Aunado a esto, el deporte refuerza la autoestima, el autoconocimiento, la colaboración y la empatía.
La Agenda 2030 reconoce explícitamente que el deporte junto con la integración de la perspectiva de género, puede fungir como un facilitador importante para el desarrollo y el empoderamiento de las mujeres. En las y los adolescentes, el deporte contribuye a la mejora de la salud mental, incrementa los niveles del trabajo en equipo, el liderazgo, y mejora la autoimagen. Del mismo modo, desarrolla habilidades para la vida como el establecimiento de metas, la resiliencia y la comunicación asertiva.
Sesiones de actividades deportivas para el desarrollo de habilidades socioemocionales
Suplemento de actividades reflexivas entorno a la perspectiva de género y el deporte
Las actividades físicas y deportivas son importantes para el desarrollo integral de las y los jóvenes
“Lo fundamental del trabajo en equipo es mantenernos todas unidas y mantener una mente muy positiva”. El deporte refuerza la autoestima, el autoconocimiento, la colaboración y la empatía. Conoce al equipo femenil de nado sincronizado.